La muerte es un suceso inevitable. Damen Hathaway.

domingo, 10 de julio de 2011

14. Libre

Los latidos de su corazón cada vez eran más lentos y su respiración cada vez más entrecortada. Quería ver qué había a su alrededor y sin embargo sus ojos se negaban a abrirse gracias al sopor que la embargaba de pies a cabeza. Se sentía tan pesada como una puerta de hierro y por un instante se preguntó si en realidad no se había convertido en una. No, era imposible, seguía sintiendo su cuerpo… sólo que no lograba mover ninguna parte de él. No obstante, respiraba y oía, aunque no podía sentir nada a través del tacto, tampoco podía hablar.
–¿Cómo está ella? –preguntó una voz desconocida y al mismo tiempo extrañamente familiar.
–Pronto despertara, Giorgio. Ten paciencia.
Giorgio… De alguna manera el nombre le sonaba. No recordaba de donde pero su mente le brindaba pequeños retazos de un rostro joven y bello.
–Lleva tres días así, sin moverse.
–Es razonable. El cáncer por poco la consumía. –La segunda voz se mantenía calmada, pese a la desesperación de la primera–. Lo hizo –agregó sombríamente–, pero su destino estaba marcado.
–¿Recordará todo cuando despierte? Yo no lo hice.
–No lo sé, sinceramente.
Entonces fue cuando volvió en sí incorporándose en la camilla con un sobresalto y el último latido de su corazón.
–¡Camira! –exclamó Gio y los ojos de ella volaron desde el suelo hasta los ojos del muchacho. A su mente llegaron los recuerdos de la pelea y, sin decir nada, posó la mirada en el hombre canoso al lado de él.
–¿Dónde estoy? –le preguntó.
–En Klair.
–Lo sé –replicó ella–. ¿En qué lugar exactamente?
–¿Estás bien? ¿Te duele algo? Camira…
–Cállate, Gio –contestó con dureza, taladrándolo con los ojos.
Él dio un paso hacia atrás confuso y sorprendido.
–Soy Peter –intervino el hombre de cabello blanco al ver la situación–. ¿Cómo se siente, señorita Hathaway?
–Camira –se atascó con sus palabras–. Mi nombre es Camira, no señorita Hathaway. Y háblame de tú.
–Oh, bien. Entonces, ¿cómo te sientes, Camira?
–Confundida.
Él rió y Camira lo miró enojada.
–¿De qué se ríe? –espetó.
Peter calmó sus risas poco a poco.
–Lo siento, es que normalmente no es lo que escucho de mis pacientes.
–¿Es doctor?
–Algo así. Emm… Creo que Giorgio podría llevarte a tu habitación de nuevo. Supongo que ahora te encuentras en condiciones estables. –Se volvió hacia él–. ¿Giorgio?
El aludido asintió con la mirada fija en el suelo.
–Bien. Un placer conocerte, Camira. Espero nos volvamos a ver.
Ella asintió y se levantó de la camilla. Caminó hacia Gio y esperó a que él la mirara. Camira levantó la cara apretando los dientes. Tenía tantas cosas que gritarle a ese bastardo, estaba tan malditamente enojada con él.
–Vamos –musitó Gio, dio media vuelta y abrió la puerta para detenerla mientras Camira salió, luego la cerró y dirigió a Camira a su habitación porque ella no tenía ni la menor idea de cómo ir hacia allá desde donde estaba.
–Camira –dijo una voz femenina–. Qué alegría que hayas despertado. Estarás lista para tus deberes.
–Ella tiene que descansar.
–Ha descansado lo suficiente, ¿no crees, Giorgio? ¿O es que la quieres para ti solo?
–¿Cómo tú querías a Leonardo para ti sola? Mira dónde has ido a parar. No seguiré tus pasos, tenlo por seguro.
El odio ardió en los ojos de Ginna antes de dar media vuelta, sacudiendo su cabello y se marchó tratando de conservar su orgullo.
–¿Cómo es eso que quería a Leo para ella sola? –susurró Camira curiosa.
–Ginna es hermana de Leonardo –contestó Gio.
–Pero… ¿cómo? No se parecen en nada –dijo una Camira atónita.
Siguieron caminando mientras Gio soltaba una pequeña carcajada.
–Supongo que no. En realidad son medios-hermanos. Es todo lo que sé, en serio.
–¿Medios-hermanos? Leo nunca me dijo que tenía algo parecido a una hermana –musitó absorta en sus pensamientos.
–Sí, bueno, tampoco te dijo que era un ángel ni que Damen lo había enviado a cuidarte.
El comentario no había sido para herirla, pero según la mueca que ella había hecho, sí que le había dolido.
–Lo siento –intentó arreglar Gio.
–No importa –dijo ella tratando de restarle importancia.
–No, en realidad, lamento todo lo que ha pasado. Ese día no debía gritarte así ni haberte dicho todo lo que te dije. Debí ser más comprensivo. Debí entender mejor por todo lo que estabas pasando.
–Pasado pisado –aseguró Camira, aunque sentía que le estaba mintiendo porque su mente volaba hacia Leo cada vez que podía recordando las palabras de Gio.
¡Te hubieras ido con él!, le reprochó Gio en su mente y ella hizo su mejor intento para ignorarlo.
–En verdad lo siento, Camira.
–Está bien, ¿sí? –tartamudeó ella, aturdida y un tanto mareada–. Sólo… sólo necesito descansar, ¿ok? Mañana estaré bien, hablaremos mañana –prometió antes de abrir la puerta y huir a su habitación. Ya dentro, se recargó sobre la puerta y se deslizó hasta el suelo hasta quedar sentada y con la cabeza apoyada en la sólida madera–. Mañana –susurró para sí misma–, mañana todo será mejor.
Entonces sus ojos se cerraron sin que siquiera lo notara y el sopor se hundió como un cuchillo en lo más hondo de sus venas.

–Camira, Camira, escúchame, tienes que escucharme. –Al oír la voz de su padre, ella trató de enfocar su atención en las palabras que él pronunciaba–. No has muerto, tienes que hacer que ellos crean que lo has hecho, ¿ok? Sobrevive y busca a Leonardo, él sabrá qué hacer.
–¿Padre? –musitó ella atontada, sin haber podido digerir una sola palabra que Damen había dicho–. ¿Dónde estás? Pensé que habías muerto, y luego vi esa carta, y la carta, y entonces –balbució.
–Camira, concéntrate. Eres una Año Bisiesto, sabrás que hacer.
–¿Una… qué? Papá, no sé de qué rayos estás hablando pero tienes que regresar. –Hizo una pequeña pausa y tanteó la oscuridad frente a ella–. No puedo verte, ¿dónde estás?
–Una Año Bisiesto… Tienes… buscar a Leona… Giorgio te… Camira, bus… ayuda. Un… poder está… tus manos.
La voz de su padre se fue atenuando cada vez más, sonando como una radio descompuesta, hasta que se extinguió completamente, dejándola sola en la penumbra de su sueño.

Cuando despertó, lo hizo recostada en su cama.
–Has despertado –dijo Gio alegremente–. Me asustaste.
–¿Qué ha pasado? –preguntó desorientada.
–Entraste corriendo a la habitación y me dije que sólo estabas confundida, entonces empecé a caminar a mi habitación y cuando llevaba la mitad del camino, me dije que andabas algo rara y luego me callé diciéndome que tal vez seguías enojada conmigo y decidí regresar para verificar si estabas bien. Entonces toqué y como nadie me contestó, entré y te encontré tirada en el suelo. Me espanté –concluyó.
Si se le veía de un modo, era lo más largo que Camira le había escuchado decir. Si se le veía de otro modo, él creía que ella estaba muerta y Camira no sabía si contarle que su padre le había dicho por medio de un sueño que no era así, o mentirle pese a que él había estado cuidando de ella mientras no estaba despierta.
–Estoy bien –aseguró Camira, mirándolo como si de un desconocido se tratase–. Es decir, estaré bien. Eso creo.
–Estaré aquí cuidándote. Duerme.
–¡No! –exclamó Camira con el corazón latiéndole a mil por hora–. No, no, no quiero dormir.
–¿Tuviste pesadillas? –preguntó Gio mirándola cautelosamente.
Camira se debatía por dentro decidiendo si era mejor contarle o no la verdad.
–No, no es eso, es sólo que… sólo que… No dormiré –dejó en claro al no encontrar una excusa creíble en el revoltijo que era su mente en ese momento.
Gio la miró por un rato, pero al final tan sólo dijo:
–Bien. Entonces, creo que yo sí lo haré, no he dormido estos días porque no quería separarme de ti mientras morías. –Al terminar su frase, se estremeció–. Lo siento, no… no quería decirlo de ese modo.
–No importa –dijo Camira. No estoy muerta, agregó en su mente–. Duerme aquí, no quiero quedarme sola de igual manera.
–¿Estás segura?
Camira asintió al tiempo que se levantaba de su mullida cama y le dejaba el espacio a Gio para que descansara.
Mientras veía a Gio dormir, recordó las tantas veces que había visto a Leo dormir. Parecía que habían sido siglos desde eso y sin embargo apenas habían pasado cinco años.
Cinco largos años, pensó Camira.
Su imaginación dio rienda suelta a su mente y Camira, por primera vez en años, se permitió recordar el tiempo pasado. Entonces se sintió como nunca antes se había sentido: completamente libre.
Aunque estaba más atrapada que nunca.

¿Pueden pasar por este blog? Se los agradecería mucho. http://historias-alec-vulturi.blogspot.com/ He empezado una historia ahí que quizá les guste. Si pasan, comenten por favor. Pronto subiré capítulo allá también.
Por favor también pasen por aquí: http://pensamientos-y-memorias.blogspot.com/ Es un blog para desahogarme. Lo hice hace como tres meses pero nunca lo promocioné, pero, bueno, más vale tarde que nunca.

Adios,
Anna.

3 comentarios:

  1. Hola Anna!!
    WOW!! El capitulo estuvo increible!! Creo que ha sido mi cap favoritooo!!!
    Camira no esta muerta?? Y entonces por que paso tres dias inconciente "muriendo"?? Ginna y Leo son medio hermanos??? No tenia ni idea!! Por que no esta muerta?? Como va a encontrar a Leo para que la ayude?? Que significa que es una Ano Bisiesto?? Por que no confio en Gio y le conto lo de la pesadilla??
    Tengo demasiadas preguntas sobre el capitulo!!! Me fascino!! Tienes que publicar pronto!!
    Ya me paso por tu otro blog ;)
    Mariu :D

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  2. Anna! Hola, encontré tu blog por casualidad y me dije..una historia más que leer genial!
    La verdad es que me ha encantado, ya quiero saber que más va a pasar, me encanta Gio, es tan mono jajaja. Pobre Camira todo lo que ha pasado D:
    Ya quiero saber que es eso de año bisiesto jaja Por si te interesa estoy empezando una historia, y me encantaría que la leyeses y me dijeras que te parece.
    un besito!

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  3. Hola Anna! :)
    Jajaja se me hace algo extraño no escribir A.J XD
    Como stas? Espero q muy bn! ^^
    Sorry x no haberme podido pasar antes!
    Pero como stoy de vacaciones ya podré pasarme más seguido!
    Wow el cap estuvo E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R!
    Me dejaste con la intriga más grande del mundo!
    Camira no murió?! O.o ¿Año Bisiesto? Wow q original! Ya espero saber más!
    n.n Gio es tan tierno :3 lo Amo <3
    Ya no puedo esperar al siguiente cap!
    Publik Pronto
    KiSsEs, Dany

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