La muerte es un suceso inevitable. Damen Hathaway.

viernes, 29 de abril de 2011

11. Respuestas, pesadilla y adicciones

Cuando Camira despertó, encontró a Damen dormido en la silla que había en la habitación y a Leo recargado en la puerta sin dejar sus ojos en otra cosa que no fuese que por fin había despertado. Se descruzó de brazos y se acercó a ella rápidamente, regalándole una hermosa sonrisa como las de antes.
Suspiré por dentro. Como antes... Qué lejos estaban aquellos tiempos. Si tan sólo todo fuese como antes...
-Te has despertado -murmuró feliz y aliviado.
Camira frunció el entrecejo.
-¿Por cuánto tiempo he dormido? -preguntó con un hilo de voz.
-No importa -aseguró, tomó el rostro de la muchacha entre sus manos y la besó con todo el amor que fue capaz de expresar. Camira le correspondió por un instante y luego se apartó bruscamente.
-Aún no confío en tí -dijo simplemente.

Horas más tarde, Camira se encontraba de pie frente a la puerta de la biblioteca donde Damen estaba, indecisa entre tocar y entrar, o marcharse.
Respiró hondo, se armó de valor y golpeó tres veces la gran puerta de madera tallada. Desde dentro se escuchó un "¡Adelante!" y Camira abrió con manos temblorosas.
-¿P-puedo hablar contigo? -preguntó nerviosa.
Damen soltó la pluma sobre el escritorio y la miró fijamente.
-Por supuesto, hija -respondió después de varios segundos.
El modo que la llamó la hizo sentirse incómoda. Camira sintió y cerró la puerta detrás de ella y acortó la distancia entre ambos, sentándose frente a él en el mullido asiento delante de su escritorio.
No estaba segura de cómo comenzar así que decidió aliviar un poco la tensión.
-¿Dormiste bien? Vi que te quedaste en la silla de la habitación.
Damen sonrió.
-¿En serio viniste a hablar de cómo dormí? -preguntó enarcando una ceja-. Vamos, Camira, pregunta lo que quieras.
Ella intentó relajarse y soltó lo que quería saber desde que había entrado a Klair.
-¿Qué rayos soy?
Su padre suspiró.
-Humana -respondió y Camira se sintió caerse en el sillón ante la decepción. Se suponía que podía ver a través de las personas así que entonces debía ser alg especial, ¿cierto?-, pero al tener padres ángeles heredaste algo así como una visión y alguno que otro poder.
-¿Cómo es que mi cabello sigue igual que antes de que tuviera leucemia?
-Ya te lo he dicho. Eres hija de dos ángeles... Quizá se deba a alguno de los genes en tu interior.
Camira asintió.
-¿Qué quieren ellos de mí?
-Eres especial, Camira. No hay muchos como tú. Quieren tu poder. Leonardo está con ellos desde que partió su alma de este mundo, desde que murió. Las personas buenas se convierten en ángeles. Quieren matarte -agregó después de un suspiro cansado.
El corazón de la muchacha paró un segundo y volvió a latir más rápido de lo normal. Le empezaron a sudar y a temblar las manos.
-Sólo así podrías convertirte en un ángel -añadió Damen.
-Bien, pero ¿qué quieren exactamente de mí? -preguntó remarcando la palabra "exactamente".
-No sé mucho sobre sus planes, pero sé que no conviene que te vayas. Nadie es completamente bueno... ni siquiera los ángeles.

El suelo, cubierto con sangre, no era para nada resbaloso. Sin embargo, la chica cayó, embarrándose del líquido carmesí. Se miró horrorizada.
-Bébela. Bebe mi sangre -dijo una voz que resonó en la oscuridad-. Bebe.
-Camira... -susurró su nombre una suave voz, nada parecida a la primera.
-Bébela -volvió a decir la extraña voz, sonando cada vez más insistente y desesperada.
-Camira... Camira... Camira...

Cuando sus ojos se habían abierto, se había sentido inmensamente aliviado. Le había hablado un sin fin de veces y no se movía ligeramente siquiera. Se había preocupado.
-¿Qué sucede? -preguntó adormilada.
-¿Estás bien? -contestó con otra pregunta.
-Sí, ¿por qué?
-No parecías dormir. Parecías...
Muerta. Nadie la mencionó, pero la palabra quedó volando por toda la habitación.
-Debes comer algo -dijo entonces Gio.
Incluso medio dormida, su subconsciente le gritó que no mirase los ojos del muchacho.
Se levantó de la cama por el lado contrario de donde estaba Gio. No quería mirarlo. No quería saber mediante sus ojos lo que pensaba de ella ahora que sabía que tenía leucemia.
-Camira... -musitó un Gio dolido.
-No, por favor -le interrumpió ella-. Estoy bien sabiendo que lo sabes. No lo intentes siquiera.
Definitivamente no quería escuchar lo que todos le decían cuando se enteraban. No quería escuchar un "lo siento" de parte de él.
Gio hizo un gesto que causó que frunciese el entrecejo.
-Leo... -recordó Camira-. Leo -repitió con más convicción-. ¿Dónde está? ¿Se ha ido? -preguntó alarmada.
Gio negó con la cabeza un poco molesto.
-Está hablando con Da... -calló-. Es decir, con el señor Damen.
-Ok -dijo Camira aventando todo el aire que había acumulado en su interior inconscientemente y del que se había acordado cuando la cabeza le empezó a dar vueltas y a zumbarle. Debido a esto, la palabra salió como un jadeo.
Pasaron los segundos más largos de la vida de Camira y de la eternidad de Gio. Entonces, él bufó con frustración y desesperación.
-Camira...
-No... -empezó a decir creyendo que iba a tratar otra vez de decirle lo mucho que sentía que fuese ella quien tuviese aquello horrible enfermedad.
-No, escucha -pidió Gio tajante-.No me interesa, de hecho, me tiene sin cuidado lo que tengas, ¿sí? Porque en realidad, aunque no quiera admitirlo, te estás conviertiendo en una droga, en una adicción para mí...
El abrir de la puerta interrumpió las palabras de Gio.
-¿Quién se está conviertiendo en una adicción para quién? -preguntó Leo.

Esa mañana había vuelto a probar sus labios después de tanto tiempo de agonía. Y ella le había rechazado. Pensaba en ello mientras caminaba hacia la biblioteca donde seguramente se encontraría Damen.
Golpeó dos veces la puerta y penetró en la sala sin esperar el consentimiento de nadie.
-Necesitamos hablar -anunció Leo.
Damen suspiró.
-Sabía que ésto tenía que llegar -dijo solamente e le indicó con un movimiento de su mano que se sentara frente a él.
-Ella morirá, Damen; lo sabes -comentó cuando estuvo sentado.
-Lo sé -dijo-. Lo tengo presente en mi mente a cada segundo. Entonces ella se irá con ustedes y la perderé para siempre.
-No puede ser de otro modo...
-No, también lo sé -lo interrumpió apretando la mandíbula-. Y necesito que cuando esté allá contigo, la cuides. Que evites que se meta en cualquier lío que la mande de regreso a Klair. -Damen suspiró y cerró los ojos antes de decir-: No quiero volver a verla después de que muera.
Leo se quedó pasmado, y después de unos segundos asintió un tanto aturdido.
Cuando estuvo fuera de la biblioteca, las piernas le temblaban.
Había ganado, se dio cuenta. Tendría a Camira para él solo en unos cuantos meses. ¿Entonces por qué sentía que no era lo correcto?
Caminó hacia la habitación de Camira y paró al escuchar voces.
-... convirtiendo en una adicción para mí...
Al escuchar aquello, decidió entrar. Nadie le quitaría a Camira. Ella le pertenecía a él y él le pertenecía a ella.
-¿Quién se está convirtiendo en una adicción para quién? -preguntó al verlos juntos.

Hola! Vale, sé que me tardé en subir pero eran vacaciones y cada vez que empezaba a transcribir al blog lo que tenía en el cuaderno, me entraba la flojera y lo dejaba. Haha, tardé más o menos una semana y media en pasarlo. Además, en serio estoy escribiendo otra historia que llegó a mi cabeza como por arte de magia. Se llama Bosque de Cristal y de hecho ya hice otro blog para la historia. Todavía no subo nada porque estoy indecisa aún entre los nombres. Todavía me regresó a las páginas anteriores para cambiar el nombre porque ya no me gustaba o nunca me convenció de verdad.
Vale, también les quiero decir que me nominaron en Big Blogger Awards. Fue genial llegar y ver que me habían nominado en las categorías de:
-Mejor historia (En serio me emocioné por ésta!! Es decir, ¿por Año Bisiesto? Wow, en serio gracias!)
-Mejor historia original (Otra vez gracias!)
-Mejor escritora bloggera
¿Votarían por mí? Es aquí: http://blogger-awards-maximum.blogspot.com/ Votan en la encuesta del final de la página del blog!!!! Por favor

Adiós,
A. J.

domingo, 24 de abril de 2011

Premio Especial!

Hola otra vez! Bueno, ahora vengo con otro premio que me acaban de dar :D Gracias Any(:
Bueno, el caso es que el premio tiene caducidad. La que lo creó se lo dio a diez personas, ellas se lo dieron a nueve y las que le siguieron a ocho y luego a siete. Any fue una de las que se lo dieron a siete, entre ellas yo xD Así que ahora se lo voy a dar a seis blogs.
1. Alec Vulturi y Nessy Cullen: My Lovely Enemy
2. Fire Girl
3. El abismo de los sueños
4. Jane y Alec Vulturi: Perfume Of Pain
5. My Secret World
6. Alli'sSweetyHeart

sábado, 23 de abril de 2011

Feliz día del Libro y Recomendaciones!!

Hola, hola! Bueno, posteo esto porque hoy -redoble de tambores- es 23 de abril! Osea día internacional del libro! Creo que porque hoy era el día internacional del libro mi tía me regaló Atrapada de P. C. Cast y Kristin Cast.
Vale, felicidades a todos por el día del libro y espero sigan con el hábito de leer y nunca lo pierdan!

Ahora sí. Las recomendaciones.
Bien. Acabo de comenzar un nuevo blog, por ser el día del libro y si quieren entrar éste es el enlace:
http://cazadoradlibros.blogspot.com/
Me encantó como quedó el blog! Me pasé casi todo el día cambiando cosas que no me gustaban y hasta busque un par de trucos de blogger en internet y ¡cha chán! ¿qué tal? Es sencillo pero dicen que la sencillez es la belleza, obviamente en extremo no.
Por favor pasen por el blog que me esforcé mucho.

Adios,
A. J.

martes, 19 de abril de 2011

Desafio: Novelas Rosas

Bueno, encontré este desafío y me gustó(: Además, es compatible con los demás que también estoy haciendo. Consiste en leer 30 novelas rosas. Si quieren participar, entren aquí:
Espero les guste. Iré haciendo la lista aquí mismo en la entrada.




1. Crepúsculo (Crepúsculo #1) (Releído) de Stephenie Meyer
2. Luna Nueva (Crepúsculo #2) (Releído) de Stephenie Meyer
3. Ciudad de Hueso (The Mortal Instruments #1) de Cassandra Clare
4. Ciudad de Ceniza (The Mortal Instruments #2) de Cassandra Clare
5. Ciudad de Cristal (The Mortal Instruments #3) de Cassandra Clare
6. Juntos (Juntos #1) de Ally Condie
7. Eternidad (The Immortals #1) de Alyson Noel
8. La Princesa de Hielo de Camilla Lackberg
9. Luna Azul (The Immortals #2) de Alyson Noel
10. El beso de medianoche de Lara Adrian
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lunes, 18 de abril de 2011

Premio! :D



Hola! Quería saludarlos y decirles que me acaban de dar mi segundo premio! Vieran que feliz estaba cuando lo vi! Muchas gracias Any!
Bueno, en primera, quiero aprovechar esta entrada para decir más cosas aparte de lo del premio. Estoy escribiendo otra historia, bien, en realidad, no exactamente escribiendo, todavía estoy con el cuaderno escribiendo notas y fragmentos cada vez que se me ocurre alguna idea. Espero pronto poderla publicar, claro, después de terminar "Año Bisiesto". Es por eso que tardé un poco en subir el otro capítulo. Tengo escrito ya el capítulo once pero en el cuaderno y ahora mismo no tengo mucho tiempo para pasarlo pero para mañana ya estaré transcribiéndolo a blogger.
Ok, ahora sí... las reglas:

DECIR 6 COSAS QUE TE HAGAN SONREÍR:

- Mi familia
- Mis amigos
- Leer
- Cantar
- Tocar la guitarra
- Escribir

DECIR 3 COSAS QUE TE BORRAN LA SONRISA:

- Que de pronto me den las locas ganas de escribir y no tener mi computadora ni mi cuaderno a la mano.
- Ir en el carro y que de repente busqué mi iPod o el celular y descubra que traigo ninguno de los dos y no pueda escuchar música.
- Estar escribiendo o componiendo y que me estén interrumpe e interrumpe.

NOMINAR A 4 BLOGGEROS:

- Dany y Mariu, Dany (individual ahora), AranzaAlii

Puedo pedir un favor al que sea que lea esto? Podrian ayudarme a hacer publicidad? Muchas gracias si lo hacen, y si no, también(:
Adios,
A. J.

10. Consecuencias

Camira abrió la puerta de la entrada a Klair de un jalón, con la vista empañada por las lágrimas, y salió de la ciudad de los ángeles caídos sin más.
El gran túnel húmedo por el que entró con Gio se extendió frente a ella y al instante se arrepintió. ¿Cómo se suponía que iba a salir por la alcantarilla? ¿Volando?
No tenía ganas de reírse siquiera de su propio chiste.
Llegó hasta donde estaba la abertura del alcantarillado y se quedó ahí. Cansada, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y sostuvo su cabeza con sus manos.
Escuchó unos pies chapotear el agua al caminar pero no se inmutó al pensar que se trataba de Gio.
-¿Entonces este es el lugar al que vienes a llorar? -preguntó un voz demasiado conocida para ella. Leo.
Camira levantó la cabeza y la frase volvió a su mente. "Eres una de ellos".
-No, de hecho, ya está lo bastante húmedo como para que necesite mis lágrimas -respondió siguiéndole el juego-. Además, creí que te habías ido ya.
Durante los años que estuvieron juntos, Camira había aprendido que el único modo de ganarle a Leo era siguiéndole la corriente.
Leo sonrió al ver que Camira lo conocía tan bien. Se sentó en el piso frente a ella y Camira apartó la mirada de sus ojos con gesto triste.
-Camira... Camira, mírame, por favor -pidió-. Sabes que no verás nada que no te guste. Somos sólo tú y yo de nuevo.
Ella sacudió la cabeza diciendo que no.
-Hay más involucrados esta vez, Leo, no sólo nosotros dos. Damen..
-Él no es bueno, Camira -la interrumpió-. Por un motivo es el señor de los ángeles caídos...
-¿Qué quieren de mí? -preguntó la muchacha.
Había guardado la pregunta desde hacía mucho, esperando por quien en verdad la podía contestar. Y ahora esa persona la tenía justo en frente.
-Te quiero a ti, Camira. Te amo.
-Calla -suplicó ella y se llevó las manos a los oídos-. No quiero... no quiero escuchar nada de esto.
-No volveré a lastimarte. Fue un error por parte mía. Nunca debí haberme marchado. Lo siento tanto.
A pesar de tener las orejas cubiertas con sus manos, Camira pudo oír todo lo que le dijo.
-Necesito que me expliques algo antes -dijo bajando lentamente las manos-. ¿Qué soy exactamente? Sé que conoces cosas de mi pasado que yo no sé. Dímelas... por favor.
-Camira, lo único que necesitas saber para estar a salvo es que te amo y te seguiré amando sin importar qué.
Ella sacudió la cabeza con fuerza.
-¿Cómo es que te convertiste en un ángel? -volvió a intentarlo, obteniendo la misma respuesta.
-No importa. Te amo. Nunca lo olvides.
Cansada y sintiendo los párpados demasiado pesados debido a las lágrimas y, creía ella, a la medicina que le había dado Gio, se levantó del húmedo suelo, con las ropas mojadas. Sintió un inmenso alivio cuando logró estar de pie.
-¡Camira! -gritó Leo antes de que la muchacha cerrara los ojos y las fuerzas la abandonaran.

Leo apenas alcanzó a atraparla antes de que Camira cayese al suelo.
Sabía que no era bienvenido en Klair pero era el único lugar al que podía ir y en donde ayudarían a Camira.
-Leonardo... -susurró asustada Ginna cuando abrió la puerta, luego, la preocupación inundó su rostro al ver que traía a la señorita Camira en brazos-. ¿Qué sucedió?
-No lo sé, de repente se desvaneció -contestó desesperado.
-Debemos llevar a la señorita Camira con el señor Damen.
-¿Dónde está?
-En la habitación de la muchacha.
-¿Las habitaciones de los invitados?
Ginna asintió.
-Bien -acordó Gio y corrió hacia el lugar que le había dicho Ginna.

La puerta se abrió de golpe y la furia invadió a Gio cuando vio de quién se trataba.
-¡Camira! -exclamó Damen y Gio dirigió su mirada hacia el cuerpo inmóvil de la chica. Palideció.
-Se desmayó, supongo. Parecía bien y de pronto... -Leo calló. No lucía precisamente bien llorando. No tuvo tiempo de corregirse.
-Giorgio -lo llamó Damen-. Ponla en la cama. Leonardo, vete.
-No me iré -respondió él firmemente.
Damen pudo haberlo hecho marchar pero pensó que Camira necesitaba más su ayuda.
Gio tomó a la muchacha de los brazos de Leo, cargó su peso a través de la habitación y la puso suavemente en la cama.
-¿Por qué recayó? Le di la medicina.
-No lo sé, Giorgio -respondió Damen.
Todos miraron a Camira cuando ésta comenzó a moverse.
-¿Q-qué pasó? -tartamudeó débilmente.
-Te desmayaste, mi amor -contestó Leo, acercándose a ella. Sin embargo, Camira se alejó y miró fijamente la sábana. Debía de contarles.

Bajo la sombra del árbol, la chica estaba concentrada en sus bosquejos.
El ángel que dibujaba era tan hermoso. No había belleza que se le comparase, ni siquiera la de ella, con su cabello rubio y sus ojos color turquesa.
Había empezado a tener visiones acerca de ángeles desde que había comenzado el año. La rutina había sido al principio de mínimo una a la semana hasta hacerse cada vez más frecuentes que llegó a ignorar cuándo sucedería la siguiente.
Entonces llegó. Simple y sencilla, y al mismo tiempo compleja y complicada.
La muchacha de ojos cafés que siempre aparecía en las visiones dormía en la cama cómodamente. El chico de cabello dorado estaba recargado sobre la puerta, mirándola. Una lucha se desataba en su rostro, que parecía no saber distinguir las emociones que lo embargaban.
La visión fue un pequeño flashazo y se fue tan rápido como vino. La vidente quedó de nuevo viendo el gran parque extendiéndose delante de ella.
Abandonó su bosquejo del hermoso ángel rubio y se dispuso a dibujar la escena que había aparecido en su mente.

Damen irrumpió en la habitación de Camira sin tocar o hacer ruido, temía despertarla si seguía dormida.
-¿No ha despertado? -le preguntó en voz baja a Leo. Él se limitó a negar con la cabeza-. Bien.
Se sentó en la única silla que había en la habitación y miró directamente a Camira.
Tanto se había perdido. Tanto era a lo que él mismo, por decisión propia, había renunciado. Si tan sólo hubiese protegido a Marissa cuando ella se lo había pedido... Entonces todo sería muy diferente. Ella estaría viva y Camira, de algún modo, sería más feliz. Leo nunca se hubiese entrometido en la vida de su hija. Camira sería más feliz, se repitió una vez más.
Lo único que importaba era su hermosa hija, justamente la que se encontraba dormida frente a él, precisamente la que le había comunicado que padecía leucemia desde cinco años atrás apenas hacía unas horas.
Nada más que las consecuencias de tus actos, pensó Damen lúgubremente. No obstante, no había nada que él pudiese hacer.

martes, 12 de abril de 2011

Olvidarte

La forma en que me enamoré de tí, no es fácil de explicar. Tan sólo fue cuando te vi, cuando vi tus hermosos ojos y tu hermosa sonrisa que algo en mí hizo click; tal vez fueron mis neuronas al dejar de funcionar y pasarse el tiempo fantaseando contigo; o quizá mi voluntad, la cual se doblegó cuando tú llegaste y me hizo hacer las locuras más inpensables que pudiesen existir.
Sin embargo, todo fue un error, ya que cuando te fuiste, quedé destrozada, rota como una marioneta. La vida se tiñó de un grisáceo que me consume por dentro y por fuera. Trato de sonreír, aunque ello me cuesta un montón de esfuerzo.
Más no obstante, no me arrepiento en absoluto de lo que viví junto a tí... y es que sin tí, este gris en el que estoy sumida, no tendría lógica; pero sabiendo que todo esto es debido a las sonrisas y las tardes que pasamos uno en compañía del otro, no se ve tan mal. Y es que todo esto fue por una buena causa.
Es bueno tenerte en mis recuerdos, pero es hora de dejar ir tu imagen, de que por lo menos no me causes tanto daño aún sin estar aquí.
Intentaré seguir, aunque ello me cueste olvidarme de tí.