La muerte es un suceso inevitable. Damen Hathaway.

lunes, 4 de abril de 2011

8. Bomba

Camira sintió que algo se rompía dentro de ella y las lágrimas acudieron sin hacerse esperar a sus ojos. El tiempo se detuvo para ella y todo se movía en cámara lenta. Dio un paso hacia adelante antes de que un brazo rodeara su cintura y Gio la escondió detrás de su espalda. El tiempo volvió a marchar con su rapidez normal pero aún se sentía como si no estuviese ahí, como si fuese un sueño y una ligera neblina se esparciese a su alrededor.
Entonces se escuchó chillar como una niña pequeña haciendo una rabieta.
-¡No! ¡Suéltame! -le gritaba y golpeaba en la espalda a Gio para que la dejase ir hacia Leo. Quería tanto ir con él. Quería decirle lo mucho que lo extraño. Incluso quería regañarlo y molestarse porque la había dejado para luego besarlo sin que importara nada más, sólo que él había regresado para que pudiesen volver a estar juntos.
Luego, ocurrió lo que jamás pensó que sucedería.
La sonrisa que apareció en el rostro de Leo nunca antes la había presenciado. Era una mezcla de burla, diversión y sarcasmo, como si que Camira pataleara para ir a su lado le divertiese. Entonces Camira paró de gritar y de dar de golpes en la espalda a Gio.
-Leo... -susurró tan despacio, con el corazón hecho trizas. Entendió que el Leo que la había amado había desaparecido... O simplemente nunca había existido.

Dos golpes impacientes dieron contra la puerta sin piedad.
-Señor, algo está pasando en los jardines oficiales.
Damen pensó en qué podría ser y rápidamente se levantó de su asiento, se dirigió al gran ventanal y retiró un poco la cortina para ver hacia afuera.
-Leo... -musitó intelegiblemente.

-Descuida, "Gigi" -dijo Leo socarronamente-, ya me estaba yendo. Te dejo el camino libre con Camy.
Sonreí burlonamente y eso a Camira la desconcertaba.
-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó Gio con odio y repugnancia.
Leo se revisó las uñas como si fueran de suma importancia y le contestó con indiferencia:
-Asuntos que tratar, nada importante... O quizá sí.
Al finalizar con aquella frase, levantó la mirada y vio directamente a Camira sombríamente.
Aún después de todo lo que hacía, algo dentro de él todavía se retorcía al pensar en ella, y ahora, teniéndola en frente, quería con todas sus ganas tirarse al pasto y hacerse ovillo.
No. Tenía que soportarlo.
-Pero, lo siento, no puedo quedarme a jugar, tengo que irme. Otro día te visitaré, Gigi -comentó Leo.
-¿Cómo es que estás vivo? -preguntó en voz baja Camira.
Él la escuchó, había pasado años oyendo sus susurros cuando lloraba que se había terminado acostumbrando.
-Camira... No estoy vivo. Soy un ángel ahora.
Su voz sonó tranquila esta vez. Era extraño que cuando se dirigía a ella todo en él revolucionase. De pronto le entraron unas ganas inmensas de correr hacia ella y refugiarla en su pecho, pedirle perdón por todo lo que la había hecho pasar en los últimos años.
-Vete ahora, Leonardo. Antes de que sea muy tarde.
Los ojos de Leo brillaron ante la amenaza.
Después de todo, no seguía siendo él mismo. Algo había cambiado, aún cuando algo del viejo él había perdurado.
-¿En serio crees que me llegas siquiera a los talones? Soy un ángel, tengo el derecho de un ángel. A ti te han desterrado.
-¡Por tu culpa! -gritó lanzándose contra él.
Camira no pudo detener lo que siguió.
Ambos se movían a una velocidad de vértigo y ella no podía siquiera mirar porque un segundo podían estar en un lugar y al siguiente en otro.
Entonces optó por una jugada más sensata. Corrió hacia las puertas que la conducirían al gran salón al que había ido la otra vez.
A mitad del camino, encontró a quien buscaba.
-¡Damen! ¡Damen! -exclamó agitada cuando apareció en su campo de vista-. ¡Necesito tu ayuda!
Fue hacia él y Damen la tomó por los hombros cuando estuvo lo suficientemente cerca.
-Camira, tranquilízate. Sé lo que pasa, voy hacia allá. -Luego se dirigió hacia la muchacha que venía a su lado-. Ginna, cuida de ella mientras arreglo el problema.
La chica asintió una sola vez.
-Ve con ella, Camira -le indicó.
-Pero...
-Ve con ella. Estarás a salvo.
-No entiende. Gio y... -tragó saliva antes de pronunciar el nombre- Leo se están matando allá afuera. No puedo quedarme sentada.
-No puedes hacer nada así que ve con Ginna. Hazme caso, Camira -dijo autoritario.

Camira estaba sentada, muriéndose de las ansias y movía las piernas nerviosamente. Ginna la miraba desde el otro lado de la habitación.
-No morirá nadie -le dije en un intento de tranquilizarla-. Leo no es un tonto...
-Lo sé -interrumpió Camira a la defensiva. Según ella, nadie lo conocía mejor que ella, aunque ahora que descubría que estaba vivo empezaba a dudarlo.
Ginna tan solo suspiró pacientemente.
-No se va a arriesgar tanto porque es él contra toda Klair, pero tampoco lo matarán porque sería un símbolo de guerra contra los ángeles... Y no nos conviene eso a los ángeles caídos.
-Pero... ¿qué hace él aquí? ¿Es que acaso no se suponía que estaba muerto?
-La gente que muere por un buen acto, o por un mandato de Dios o sus hallegados, se convierte en un ángel -le explicó la muchacha.
-¿Entonces es un ángel? -preguntó sólo para estar segura ya que desde que entró a Klair lo sospechó.
Ginna asintió.
La conversación terminó ahí y Camira intentó escuchar algo de lo que pasaba afuera. Nada. No alcanzaba a oír nada.
-¿Cómo es que puedes estar tranquila cuando están discutiendo allá afuera? -preguntó Camira desconcertada.
Ginna se encogió de hombros pero no dijo nada más. Sin embargo, Camira pudo ver cómo su rostro se tensaba un poco.
En ese momento se abrió la puerta y las dos levantaron la cabeza en un acto reflejo.
-Vamos, Camira -dijo Gio, con la mandíbula tensa y el entrecejo fruncido.
-¿Qué pasó? -preguntó ella apresurándose a su lado, olvidándose por completo de Ginna, que los siguió de cerca pero parecía que su mente estaba en un lugar muy lejano a donde estaban en ese momento.
Gio miró hacia atrás, buscando a Ginna con la mirada y, al ver en el estado que estaba, supuso que no estaría escuchando lo que decían. Entonces vio a Camira directamente a los ojos y soltó la bomba.
-No lo entiendes, ¿cierto? Te están buscando. Eres una de ellos.

2 comentarios:

  1. Hola A.J !!!
    Woooow buenisisismo el cap! ^^
    Lo adoreee! :D
    No puedo creer q Leo sea un ángel :O
    Y q habra hecho Leo para q Gio se convirtiera en un angel caido? O.o
    Ya kiero saber q va a pasar! *.*
    Publik Pronto
    KiSsEs DaNy

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  2. espectacular el capitulo!
    ojala yo pudiera escribir así como vos,
    pude ver todo como si estuviera pasando frente a mi, algo difícil de lograr, por lo menos para mi y mi mediocre forma de escribir :P
    Besos y espero que publiques un dia de estos que no puedo esperar a leer como sigue esta historia :)

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