La muerte es un suceso inevitable. Damen Hathaway.

sábado, 30 de abril de 2011

Porque todos llevamos un niño dentro... ¡Feliz día de niño!

Hola! En primera, ¡feliz día del niño! Sí, hoy me he despertado y mi hermanita estaba al lado de mi cama con una sonrisota más grande que la del gato de Alicia en el país de las maravillas, y, sí, han acertado: quería que la felicitara por ser el día del niño. Toda la mañana se la ha pasado quitándome cosas y se ha excusado diciendo "Es el día del niño". Haha, me recuerda cuando yo era más pequeña y hacía lo mismo xD
Antes de irme, les quisiera pedir nuevamente que voten por mí en este blog: http://blogger-awards-maximum.blogspot.com/ Me han nominado :D Voten en la encuesta del final de la página. Gracias!

Adios,
A. J.

viernes, 29 de abril de 2011

11. Respuestas, pesadilla y adicciones

Cuando Camira despertó, encontró a Damen dormido en la silla que había en la habitación y a Leo recargado en la puerta sin dejar sus ojos en otra cosa que no fuese que por fin había despertado. Se descruzó de brazos y se acercó a ella rápidamente, regalándole una hermosa sonrisa como las de antes.
Suspiré por dentro. Como antes... Qué lejos estaban aquellos tiempos. Si tan sólo todo fuese como antes...
-Te has despertado -murmuró feliz y aliviado.
Camira frunció el entrecejo.
-¿Por cuánto tiempo he dormido? -preguntó con un hilo de voz.
-No importa -aseguró, tomó el rostro de la muchacha entre sus manos y la besó con todo el amor que fue capaz de expresar. Camira le correspondió por un instante y luego se apartó bruscamente.
-Aún no confío en tí -dijo simplemente.

Horas más tarde, Camira se encontraba de pie frente a la puerta de la biblioteca donde Damen estaba, indecisa entre tocar y entrar, o marcharse.
Respiró hondo, se armó de valor y golpeó tres veces la gran puerta de madera tallada. Desde dentro se escuchó un "¡Adelante!" y Camira abrió con manos temblorosas.
-¿P-puedo hablar contigo? -preguntó nerviosa.
Damen soltó la pluma sobre el escritorio y la miró fijamente.
-Por supuesto, hija -respondió después de varios segundos.
El modo que la llamó la hizo sentirse incómoda. Camira sintió y cerró la puerta detrás de ella y acortó la distancia entre ambos, sentándose frente a él en el mullido asiento delante de su escritorio.
No estaba segura de cómo comenzar así que decidió aliviar un poco la tensión.
-¿Dormiste bien? Vi que te quedaste en la silla de la habitación.
Damen sonrió.
-¿En serio viniste a hablar de cómo dormí? -preguntó enarcando una ceja-. Vamos, Camira, pregunta lo que quieras.
Ella intentó relajarse y soltó lo que quería saber desde que había entrado a Klair.
-¿Qué rayos soy?
Su padre suspiró.
-Humana -respondió y Camira se sintió caerse en el sillón ante la decepción. Se suponía que podía ver a través de las personas así que entonces debía ser alg especial, ¿cierto?-, pero al tener padres ángeles heredaste algo así como una visión y alguno que otro poder.
-¿Cómo es que mi cabello sigue igual que antes de que tuviera leucemia?
-Ya te lo he dicho. Eres hija de dos ángeles... Quizá se deba a alguno de los genes en tu interior.
Camira asintió.
-¿Qué quieren ellos de mí?
-Eres especial, Camira. No hay muchos como tú. Quieren tu poder. Leonardo está con ellos desde que partió su alma de este mundo, desde que murió. Las personas buenas se convierten en ángeles. Quieren matarte -agregó después de un suspiro cansado.
El corazón de la muchacha paró un segundo y volvió a latir más rápido de lo normal. Le empezaron a sudar y a temblar las manos.
-Sólo así podrías convertirte en un ángel -añadió Damen.
-Bien, pero ¿qué quieren exactamente de mí? -preguntó remarcando la palabra "exactamente".
-No sé mucho sobre sus planes, pero sé que no conviene que te vayas. Nadie es completamente bueno... ni siquiera los ángeles.

El suelo, cubierto con sangre, no era para nada resbaloso. Sin embargo, la chica cayó, embarrándose del líquido carmesí. Se miró horrorizada.
-Bébela. Bebe mi sangre -dijo una voz que resonó en la oscuridad-. Bebe.
-Camira... -susurró su nombre una suave voz, nada parecida a la primera.
-Bébela -volvió a decir la extraña voz, sonando cada vez más insistente y desesperada.
-Camira... Camira... Camira...

Cuando sus ojos se habían abierto, se había sentido inmensamente aliviado. Le había hablado un sin fin de veces y no se movía ligeramente siquiera. Se había preocupado.
-¿Qué sucede? -preguntó adormilada.
-¿Estás bien? -contestó con otra pregunta.
-Sí, ¿por qué?
-No parecías dormir. Parecías...
Muerta. Nadie la mencionó, pero la palabra quedó volando por toda la habitación.
-Debes comer algo -dijo entonces Gio.
Incluso medio dormida, su subconsciente le gritó que no mirase los ojos del muchacho.
Se levantó de la cama por el lado contrario de donde estaba Gio. No quería mirarlo. No quería saber mediante sus ojos lo que pensaba de ella ahora que sabía que tenía leucemia.
-Camira... -musitó un Gio dolido.
-No, por favor -le interrumpió ella-. Estoy bien sabiendo que lo sabes. No lo intentes siquiera.
Definitivamente no quería escuchar lo que todos le decían cuando se enteraban. No quería escuchar un "lo siento" de parte de él.
Gio hizo un gesto que causó que frunciese el entrecejo.
-Leo... -recordó Camira-. Leo -repitió con más convicción-. ¿Dónde está? ¿Se ha ido? -preguntó alarmada.
Gio negó con la cabeza un poco molesto.
-Está hablando con Da... -calló-. Es decir, con el señor Damen.
-Ok -dijo Camira aventando todo el aire que había acumulado en su interior inconscientemente y del que se había acordado cuando la cabeza le empezó a dar vueltas y a zumbarle. Debido a esto, la palabra salió como un jadeo.
Pasaron los segundos más largos de la vida de Camira y de la eternidad de Gio. Entonces, él bufó con frustración y desesperación.
-Camira...
-No... -empezó a decir creyendo que iba a tratar otra vez de decirle lo mucho que sentía que fuese ella quien tuviese aquello horrible enfermedad.
-No, escucha -pidió Gio tajante-.No me interesa, de hecho, me tiene sin cuidado lo que tengas, ¿sí? Porque en realidad, aunque no quiera admitirlo, te estás conviertiendo en una droga, en una adicción para mí...
El abrir de la puerta interrumpió las palabras de Gio.
-¿Quién se está conviertiendo en una adicción para quién? -preguntó Leo.

Esa mañana había vuelto a probar sus labios después de tanto tiempo de agonía. Y ella le había rechazado. Pensaba en ello mientras caminaba hacia la biblioteca donde seguramente se encontraría Damen.
Golpeó dos veces la puerta y penetró en la sala sin esperar el consentimiento de nadie.
-Necesitamos hablar -anunció Leo.
Damen suspiró.
-Sabía que ésto tenía que llegar -dijo solamente e le indicó con un movimiento de su mano que se sentara frente a él.
-Ella morirá, Damen; lo sabes -comentó cuando estuvo sentado.
-Lo sé -dijo-. Lo tengo presente en mi mente a cada segundo. Entonces ella se irá con ustedes y la perderé para siempre.
-No puede ser de otro modo...
-No, también lo sé -lo interrumpió apretando la mandíbula-. Y necesito que cuando esté allá contigo, la cuides. Que evites que se meta en cualquier lío que la mande de regreso a Klair. -Damen suspiró y cerró los ojos antes de decir-: No quiero volver a verla después de que muera.
Leo se quedó pasmado, y después de unos segundos asintió un tanto aturdido.
Cuando estuvo fuera de la biblioteca, las piernas le temblaban.
Había ganado, se dio cuenta. Tendría a Camira para él solo en unos cuantos meses. ¿Entonces por qué sentía que no era lo correcto?
Caminó hacia la habitación de Camira y paró al escuchar voces.
-... convirtiendo en una adicción para mí...
Al escuchar aquello, decidió entrar. Nadie le quitaría a Camira. Ella le pertenecía a él y él le pertenecía a ella.
-¿Quién se está convirtiendo en una adicción para quién? -preguntó al verlos juntos.

Hola! Vale, sé que me tardé en subir pero eran vacaciones y cada vez que empezaba a transcribir al blog lo que tenía en el cuaderno, me entraba la flojera y lo dejaba. Haha, tardé más o menos una semana y media en pasarlo. Además, en serio estoy escribiendo otra historia que llegó a mi cabeza como por arte de magia. Se llama Bosque de Cristal y de hecho ya hice otro blog para la historia. Todavía no subo nada porque estoy indecisa aún entre los nombres. Todavía me regresó a las páginas anteriores para cambiar el nombre porque ya no me gustaba o nunca me convenció de verdad.
Vale, también les quiero decir que me nominaron en Big Blogger Awards. Fue genial llegar y ver que me habían nominado en las categorías de:
-Mejor historia (En serio me emocioné por ésta!! Es decir, ¿por Año Bisiesto? Wow, en serio gracias!)
-Mejor historia original (Otra vez gracias!)
-Mejor escritora bloggera
¿Votarían por mí? Es aquí: http://blogger-awards-maximum.blogspot.com/ Votan en la encuesta del final de la página del blog!!!! Por favor

Adiós,
A. J.

domingo, 24 de abril de 2011

Premio Especial!

Hola otra vez! Bueno, ahora vengo con otro premio que me acaban de dar :D Gracias Any(:
Bueno, el caso es que el premio tiene caducidad. La que lo creó se lo dio a diez personas, ellas se lo dieron a nueve y las que le siguieron a ocho y luego a siete. Any fue una de las que se lo dieron a siete, entre ellas yo xD Así que ahora se lo voy a dar a seis blogs.
1. Alec Vulturi y Nessy Cullen: My Lovely Enemy
2. Fire Girl
3. El abismo de los sueños
4. Jane y Alec Vulturi: Perfume Of Pain
5. My Secret World
6. Alli'sSweetyHeart

sábado, 23 de abril de 2011

Feliz día del Libro y Recomendaciones!!

Hola, hola! Bueno, posteo esto porque hoy -redoble de tambores- es 23 de abril! Osea día internacional del libro! Creo que porque hoy era el día internacional del libro mi tía me regaló Atrapada de P. C. Cast y Kristin Cast.
Vale, felicidades a todos por el día del libro y espero sigan con el hábito de leer y nunca lo pierdan!

Ahora sí. Las recomendaciones.
Bien. Acabo de comenzar un nuevo blog, por ser el día del libro y si quieren entrar éste es el enlace:
http://cazadoradlibros.blogspot.com/
Me encantó como quedó el blog! Me pasé casi todo el día cambiando cosas que no me gustaban y hasta busque un par de trucos de blogger en internet y ¡cha chán! ¿qué tal? Es sencillo pero dicen que la sencillez es la belleza, obviamente en extremo no.
Por favor pasen por el blog que me esforcé mucho.

Adios,
A. J.

martes, 19 de abril de 2011

Desafio: Novelas Rosas

Bueno, encontré este desafío y me gustó(: Además, es compatible con los demás que también estoy haciendo. Consiste en leer 30 novelas rosas. Si quieren participar, entren aquí:
Espero les guste. Iré haciendo la lista aquí mismo en la entrada.




1. Crepúsculo (Crepúsculo #1) (Releído) de Stephenie Meyer
2. Luna Nueva (Crepúsculo #2) (Releído) de Stephenie Meyer
3. Ciudad de Hueso (The Mortal Instruments #1) de Cassandra Clare
4. Ciudad de Ceniza (The Mortal Instruments #2) de Cassandra Clare
5. Ciudad de Cristal (The Mortal Instruments #3) de Cassandra Clare
6. Juntos (Juntos #1) de Ally Condie
7. Eternidad (The Immortals #1) de Alyson Noel
8. La Princesa de Hielo de Camilla Lackberg
9. Luna Azul (The Immortals #2) de Alyson Noel
10. El beso de medianoche de Lara Adrian
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30.

lunes, 18 de abril de 2011

Premio! :D



Hola! Quería saludarlos y decirles que me acaban de dar mi segundo premio! Vieran que feliz estaba cuando lo vi! Muchas gracias Any!
Bueno, en primera, quiero aprovechar esta entrada para decir más cosas aparte de lo del premio. Estoy escribiendo otra historia, bien, en realidad, no exactamente escribiendo, todavía estoy con el cuaderno escribiendo notas y fragmentos cada vez que se me ocurre alguna idea. Espero pronto poderla publicar, claro, después de terminar "Año Bisiesto". Es por eso que tardé un poco en subir el otro capítulo. Tengo escrito ya el capítulo once pero en el cuaderno y ahora mismo no tengo mucho tiempo para pasarlo pero para mañana ya estaré transcribiéndolo a blogger.
Ok, ahora sí... las reglas:

DECIR 6 COSAS QUE TE HAGAN SONREÍR:

- Mi familia
- Mis amigos
- Leer
- Cantar
- Tocar la guitarra
- Escribir

DECIR 3 COSAS QUE TE BORRAN LA SONRISA:

- Que de pronto me den las locas ganas de escribir y no tener mi computadora ni mi cuaderno a la mano.
- Ir en el carro y que de repente busqué mi iPod o el celular y descubra que traigo ninguno de los dos y no pueda escuchar música.
- Estar escribiendo o componiendo y que me estén interrumpe e interrumpe.

NOMINAR A 4 BLOGGEROS:

- Dany y Mariu, Dany (individual ahora), AranzaAlii

Puedo pedir un favor al que sea que lea esto? Podrian ayudarme a hacer publicidad? Muchas gracias si lo hacen, y si no, también(:
Adios,
A. J.

10. Consecuencias

Camira abrió la puerta de la entrada a Klair de un jalón, con la vista empañada por las lágrimas, y salió de la ciudad de los ángeles caídos sin más.
El gran túnel húmedo por el que entró con Gio se extendió frente a ella y al instante se arrepintió. ¿Cómo se suponía que iba a salir por la alcantarilla? ¿Volando?
No tenía ganas de reírse siquiera de su propio chiste.
Llegó hasta donde estaba la abertura del alcantarillado y se quedó ahí. Cansada, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas y sostuvo su cabeza con sus manos.
Escuchó unos pies chapotear el agua al caminar pero no se inmutó al pensar que se trataba de Gio.
-¿Entonces este es el lugar al que vienes a llorar? -preguntó un voz demasiado conocida para ella. Leo.
Camira levantó la cabeza y la frase volvió a su mente. "Eres una de ellos".
-No, de hecho, ya está lo bastante húmedo como para que necesite mis lágrimas -respondió siguiéndole el juego-. Además, creí que te habías ido ya.
Durante los años que estuvieron juntos, Camira había aprendido que el único modo de ganarle a Leo era siguiéndole la corriente.
Leo sonrió al ver que Camira lo conocía tan bien. Se sentó en el piso frente a ella y Camira apartó la mirada de sus ojos con gesto triste.
-Camira... Camira, mírame, por favor -pidió-. Sabes que no verás nada que no te guste. Somos sólo tú y yo de nuevo.
Ella sacudió la cabeza diciendo que no.
-Hay más involucrados esta vez, Leo, no sólo nosotros dos. Damen..
-Él no es bueno, Camira -la interrumpió-. Por un motivo es el señor de los ángeles caídos...
-¿Qué quieren de mí? -preguntó la muchacha.
Había guardado la pregunta desde hacía mucho, esperando por quien en verdad la podía contestar. Y ahora esa persona la tenía justo en frente.
-Te quiero a ti, Camira. Te amo.
-Calla -suplicó ella y se llevó las manos a los oídos-. No quiero... no quiero escuchar nada de esto.
-No volveré a lastimarte. Fue un error por parte mía. Nunca debí haberme marchado. Lo siento tanto.
A pesar de tener las orejas cubiertas con sus manos, Camira pudo oír todo lo que le dijo.
-Necesito que me expliques algo antes -dijo bajando lentamente las manos-. ¿Qué soy exactamente? Sé que conoces cosas de mi pasado que yo no sé. Dímelas... por favor.
-Camira, lo único que necesitas saber para estar a salvo es que te amo y te seguiré amando sin importar qué.
Ella sacudió la cabeza con fuerza.
-¿Cómo es que te convertiste en un ángel? -volvió a intentarlo, obteniendo la misma respuesta.
-No importa. Te amo. Nunca lo olvides.
Cansada y sintiendo los párpados demasiado pesados debido a las lágrimas y, creía ella, a la medicina que le había dado Gio, se levantó del húmedo suelo, con las ropas mojadas. Sintió un inmenso alivio cuando logró estar de pie.
-¡Camira! -gritó Leo antes de que la muchacha cerrara los ojos y las fuerzas la abandonaran.

Leo apenas alcanzó a atraparla antes de que Camira cayese al suelo.
Sabía que no era bienvenido en Klair pero era el único lugar al que podía ir y en donde ayudarían a Camira.
-Leonardo... -susurró asustada Ginna cuando abrió la puerta, luego, la preocupación inundó su rostro al ver que traía a la señorita Camira en brazos-. ¿Qué sucedió?
-No lo sé, de repente se desvaneció -contestó desesperado.
-Debemos llevar a la señorita Camira con el señor Damen.
-¿Dónde está?
-En la habitación de la muchacha.
-¿Las habitaciones de los invitados?
Ginna asintió.
-Bien -acordó Gio y corrió hacia el lugar que le había dicho Ginna.

La puerta se abrió de golpe y la furia invadió a Gio cuando vio de quién se trataba.
-¡Camira! -exclamó Damen y Gio dirigió su mirada hacia el cuerpo inmóvil de la chica. Palideció.
-Se desmayó, supongo. Parecía bien y de pronto... -Leo calló. No lucía precisamente bien llorando. No tuvo tiempo de corregirse.
-Giorgio -lo llamó Damen-. Ponla en la cama. Leonardo, vete.
-No me iré -respondió él firmemente.
Damen pudo haberlo hecho marchar pero pensó que Camira necesitaba más su ayuda.
Gio tomó a la muchacha de los brazos de Leo, cargó su peso a través de la habitación y la puso suavemente en la cama.
-¿Por qué recayó? Le di la medicina.
-No lo sé, Giorgio -respondió Damen.
Todos miraron a Camira cuando ésta comenzó a moverse.
-¿Q-qué pasó? -tartamudeó débilmente.
-Te desmayaste, mi amor -contestó Leo, acercándose a ella. Sin embargo, Camira se alejó y miró fijamente la sábana. Debía de contarles.

Bajo la sombra del árbol, la chica estaba concentrada en sus bosquejos.
El ángel que dibujaba era tan hermoso. No había belleza que se le comparase, ni siquiera la de ella, con su cabello rubio y sus ojos color turquesa.
Había empezado a tener visiones acerca de ángeles desde que había comenzado el año. La rutina había sido al principio de mínimo una a la semana hasta hacerse cada vez más frecuentes que llegó a ignorar cuándo sucedería la siguiente.
Entonces llegó. Simple y sencilla, y al mismo tiempo compleja y complicada.
La muchacha de ojos cafés que siempre aparecía en las visiones dormía en la cama cómodamente. El chico de cabello dorado estaba recargado sobre la puerta, mirándola. Una lucha se desataba en su rostro, que parecía no saber distinguir las emociones que lo embargaban.
La visión fue un pequeño flashazo y se fue tan rápido como vino. La vidente quedó de nuevo viendo el gran parque extendiéndose delante de ella.
Abandonó su bosquejo del hermoso ángel rubio y se dispuso a dibujar la escena que había aparecido en su mente.

Damen irrumpió en la habitación de Camira sin tocar o hacer ruido, temía despertarla si seguía dormida.
-¿No ha despertado? -le preguntó en voz baja a Leo. Él se limitó a negar con la cabeza-. Bien.
Se sentó en la única silla que había en la habitación y miró directamente a Camira.
Tanto se había perdido. Tanto era a lo que él mismo, por decisión propia, había renunciado. Si tan sólo hubiese protegido a Marissa cuando ella se lo había pedido... Entonces todo sería muy diferente. Ella estaría viva y Camira, de algún modo, sería más feliz. Leo nunca se hubiese entrometido en la vida de su hija. Camira sería más feliz, se repitió una vez más.
Lo único que importaba era su hermosa hija, justamente la que se encontraba dormida frente a él, precisamente la que le había comunicado que padecía leucemia desde cinco años atrás apenas hacía unas horas.
Nada más que las consecuencias de tus actos, pensó Damen lúgubremente. No obstante, no había nada que él pudiese hacer.

martes, 12 de abril de 2011

Olvidarte

La forma en que me enamoré de tí, no es fácil de explicar. Tan sólo fue cuando te vi, cuando vi tus hermosos ojos y tu hermosa sonrisa que algo en mí hizo click; tal vez fueron mis neuronas al dejar de funcionar y pasarse el tiempo fantaseando contigo; o quizá mi voluntad, la cual se doblegó cuando tú llegaste y me hizo hacer las locuras más inpensables que pudiesen existir.
Sin embargo, todo fue un error, ya que cuando te fuiste, quedé destrozada, rota como una marioneta. La vida se tiñó de un grisáceo que me consume por dentro y por fuera. Trato de sonreír, aunque ello me cuesta un montón de esfuerzo.
Más no obstante, no me arrepiento en absoluto de lo que viví junto a tí... y es que sin tí, este gris en el que estoy sumida, no tendría lógica; pero sabiendo que todo esto es debido a las sonrisas y las tardes que pasamos uno en compañía del otro, no se ve tan mal. Y es que todo esto fue por una buena causa.
Es bueno tenerte en mis recuerdos, pero es hora de dejar ir tu imagen, de que por lo menos no me causes tanto daño aún sin estar aquí.
Intentaré seguir, aunque ello me cueste olvidarme de tí.

jueves, 7 de abril de 2011

9. Decepción amorosa

"Eres una de ellos", la frase seguía rondando por la cabeza de Camira cuando despertó en su cama al día siguiente.
Abrió los ojos y los volvió a cerrar. Un mareo la hizo quedarse recostada en la cama. Se dio cuenta de que le dolía la cabeza.
Tocaron la puerta dos veces y Camira sólo pudo gritar que pasara. La puerta se abrió haciendo un ruido débil y Gio se dejó ver.
El ambiente se sentía tenso entre ellos desde la tarde anterior, cuando Camira le gritó que la dejara sola un momento en su cara aun cuando él lo único que quería era mantenerla a salvo. Él se había molesto, pero no se había ido hasta ya avanzada la noche, se había quedado a oír sus sollozos detrás de la puerta, a cuidarla...
-Gio... -empezó.
-El señor Damen quiere verte -la interrumpió. Estaba molesto aún.
Camira suspiró y olvidó su dolor de cabeza y mareos por un instante mientras bajaba de la cama y se ponía de pie, con los ojos de Gio sobre ella. Un error, por supuesto. El dolor y el mareo vinieron al segundo y se tambaleó y estuvo a punto de caer antes de que unos fuertes brazos la sostuvieran. Levantó la vista y, aun con el cabello tapándole el rostro, Gio vio sus hermosos ojos cafés.
Entonces Camira empezó a llorar desconsoladamente. Gio se removió por dentro y la acercó a su pecho, escondiéndola del mundo, queriendo que nadie la hiciera sufrir.

Para cuando abrió los ojos, ya eran las seis de la tarde. No podía creer que había dormido tanto.
Intentó levantarse pero un brazo gentil la detuvo.
-No, quédate en la cama -le ordenó y ella obedeció a Gio sin chistar.
-¿He dormido todo el día? -preguntó y de pronto recordó algo importante-. ¡Damen! ¡Damen! ¡Dijiste que tenía que ver a Damen!
Se incorporó rápidamente en la cama y un mareo la asaltó.
-¡Ahh! -gritó y se llevó las manos a la cabeza.
-¡Camira! Te dije que te quedaras en la cama -la reprendió mientras rodeaba la cama con un vaso con agua en la mano.
-Bien. Ok.
Se recostó de nuevo en la cama y Gio le tendió el vaso.
-Tómalo.
-¿Qué es? -preguntó Camira desconfiada ante el líquido verdoso dentro del vaso.
-Te quitará los mareos y el dolor de cabeza que seguramente ha regresado -dijo paciente, pero su tono aún demostraba que seguía enojado.
Camira asintió aún un poco indecisa.
-No es nada malo. Creéme -le aseguró Gio.
Y cuando Camira levantó la mirada y lo vio a los ojos, supo al segundo que decía la verdad y rápido regresó la vista al vaso para no enterarse de más cosas que de seguro no quería saber.
Tomó una honda bocanada de aire y se llevó el vaso a los labios, vertiendo el líquido en su boca y cerrando los ojos. Los abrió otra vez cuando ya lo había sentido pasar por su garganta. Se encontró con que repentinamente se sentía muchísimo mejor.
Camira sonrió.
-No estuvo tan mal -dijo evitando sus ojos, no porque no quisiese verlos, sino porque no quería invadir su intimidad.
Se escucharon dos golpes en la puerta y ésta se abrió sin más.
-Me alegro de que hayas despertado, Camira -dijo Damen con una sonrisa sincera.
-Los dejo a solas -anunció Gio yendo hacia la puerta y saliendo de la habitación, sintiendo la mirada de Camira puesta en él mientras se iba y sabiendo que el señor Damen miraba cómo ella lo veía a él. En lugar de molestarse, una sonrisa apareció en su rostro. Que Camira lo mirase por lo menos, le satisfacía enormemente, aunque no sabía exactamente por qué.
-Veo que te has recuperado -dijo Damen cuando Gio se marchó.
Camira borró la sonrisa de su cara y le miró a los ojos.
-¿Quieres verlo tú misma? -preguntó él demasiado tarde. Era una pregunta que estaba de más, como si estuviese dando su consentimiento cuando Camira estaba lejos de necesitarlo para ver en su interior.

Los recuerdos de Damen eran confusos. Venían como los pasillos de un laberinto y giraban vertiginosamente. Camira dudó si podría encontrar el que necesitaba.
Uno en especial, que no era el que buscaba, captó su atención así que dejó que su mente se adentrara en él.
Leo y Damen estabba en una habitación parecida a una biblioteca, con un escritorio en el centro y detrás de ésta, un gran ventanal tapado con unas cortinas color jade. Leo lucía igual que como lo recordaba, joven, fuerte, guapo; mientras que Damen parecía tener menos años que en el presente.
Damen comenzó a hablar y Camira tuvo que hacer un esfuerzo por escuchar lo que decía.
-... protección. Está sola en el mundo. Fue un error dejar ir a Marissa, debí suponer que irían por ambas. Es algo que me lamentaré por siempre.
Leo asintió con el entrecejo fruncido.
-Quería pedirte que la cuidaras. Sabes que no puedo salir de aquí.
Leo volvió a asentir.
-Por los viejos tiempos, Damen. Yo la cuidaré -aceptó Leo finalmente.

Algo dentro de Camira se partió en dos. No creía que fuese su corazón puesto que no creía más en el amor, al menos no después de haber sabido que Leo no había estado siempre con ella, no después de ver que Damen lo había mandado para que cuidara de ella.
Sus ojos se cristalizaron y un nudo se alojó en el fondo de su garganta. Sin embargo, se las arregló para preguntar un débil "¿por qué?".
Damen la miró sin comprender.
-¿Qué cosa? -quiso saber.
-¿¡Por qué tuviste que mandar a Leo para que me cuidase!? -le gritó.
-¿Qué sucede? -dijo Gio abriendo la puerta y entrando al interior de la habitación-. Escuché los gritos y... -calló cuando vio a Camira pasar a su lado, corriendo y llorando. Sin duda alguna, decidió seguirla.
-Gio -lo llamó Damen-. Déjala, deja que se tranquilice un momento.
Gio estuvo a punto de ignorar la orden pero recordó que quien se la había dado había sido el señor Damen y era de la hija de él de quien estaban hablando así que, aunque no quisiese, se quedó en la habitación a esperar que Camira regresase.
Soltó un suspiro de frustración cuando una pregunta cruzó su mente.
"¿Y si no volvía?", pensó.

lunes, 4 de abril de 2011

8. Bomba

Camira sintió que algo se rompía dentro de ella y las lágrimas acudieron sin hacerse esperar a sus ojos. El tiempo se detuvo para ella y todo se movía en cámara lenta. Dio un paso hacia adelante antes de que un brazo rodeara su cintura y Gio la escondió detrás de su espalda. El tiempo volvió a marchar con su rapidez normal pero aún se sentía como si no estuviese ahí, como si fuese un sueño y una ligera neblina se esparciese a su alrededor.
Entonces se escuchó chillar como una niña pequeña haciendo una rabieta.
-¡No! ¡Suéltame! -le gritaba y golpeaba en la espalda a Gio para que la dejase ir hacia Leo. Quería tanto ir con él. Quería decirle lo mucho que lo extraño. Incluso quería regañarlo y molestarse porque la había dejado para luego besarlo sin que importara nada más, sólo que él había regresado para que pudiesen volver a estar juntos.
Luego, ocurrió lo que jamás pensó que sucedería.
La sonrisa que apareció en el rostro de Leo nunca antes la había presenciado. Era una mezcla de burla, diversión y sarcasmo, como si que Camira pataleara para ir a su lado le divertiese. Entonces Camira paró de gritar y de dar de golpes en la espalda a Gio.
-Leo... -susurró tan despacio, con el corazón hecho trizas. Entendió que el Leo que la había amado había desaparecido... O simplemente nunca había existido.

Dos golpes impacientes dieron contra la puerta sin piedad.
-Señor, algo está pasando en los jardines oficiales.
Damen pensó en qué podría ser y rápidamente se levantó de su asiento, se dirigió al gran ventanal y retiró un poco la cortina para ver hacia afuera.
-Leo... -musitó intelegiblemente.

-Descuida, "Gigi" -dijo Leo socarronamente-, ya me estaba yendo. Te dejo el camino libre con Camy.
Sonreí burlonamente y eso a Camira la desconcertaba.
-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó Gio con odio y repugnancia.
Leo se revisó las uñas como si fueran de suma importancia y le contestó con indiferencia:
-Asuntos que tratar, nada importante... O quizá sí.
Al finalizar con aquella frase, levantó la mirada y vio directamente a Camira sombríamente.
Aún después de todo lo que hacía, algo dentro de él todavía se retorcía al pensar en ella, y ahora, teniéndola en frente, quería con todas sus ganas tirarse al pasto y hacerse ovillo.
No. Tenía que soportarlo.
-Pero, lo siento, no puedo quedarme a jugar, tengo que irme. Otro día te visitaré, Gigi -comentó Leo.
-¿Cómo es que estás vivo? -preguntó en voz baja Camira.
Él la escuchó, había pasado años oyendo sus susurros cuando lloraba que se había terminado acostumbrando.
-Camira... No estoy vivo. Soy un ángel ahora.
Su voz sonó tranquila esta vez. Era extraño que cuando se dirigía a ella todo en él revolucionase. De pronto le entraron unas ganas inmensas de correr hacia ella y refugiarla en su pecho, pedirle perdón por todo lo que la había hecho pasar en los últimos años.
-Vete ahora, Leonardo. Antes de que sea muy tarde.
Los ojos de Leo brillaron ante la amenaza.
Después de todo, no seguía siendo él mismo. Algo había cambiado, aún cuando algo del viejo él había perdurado.
-¿En serio crees que me llegas siquiera a los talones? Soy un ángel, tengo el derecho de un ángel. A ti te han desterrado.
-¡Por tu culpa! -gritó lanzándose contra él.
Camira no pudo detener lo que siguió.
Ambos se movían a una velocidad de vértigo y ella no podía siquiera mirar porque un segundo podían estar en un lugar y al siguiente en otro.
Entonces optó por una jugada más sensata. Corrió hacia las puertas que la conducirían al gran salón al que había ido la otra vez.
A mitad del camino, encontró a quien buscaba.
-¡Damen! ¡Damen! -exclamó agitada cuando apareció en su campo de vista-. ¡Necesito tu ayuda!
Fue hacia él y Damen la tomó por los hombros cuando estuvo lo suficientemente cerca.
-Camira, tranquilízate. Sé lo que pasa, voy hacia allá. -Luego se dirigió hacia la muchacha que venía a su lado-. Ginna, cuida de ella mientras arreglo el problema.
La chica asintió una sola vez.
-Ve con ella, Camira -le indicó.
-Pero...
-Ve con ella. Estarás a salvo.
-No entiende. Gio y... -tragó saliva antes de pronunciar el nombre- Leo se están matando allá afuera. No puedo quedarme sentada.
-No puedes hacer nada así que ve con Ginna. Hazme caso, Camira -dijo autoritario.

Camira estaba sentada, muriéndose de las ansias y movía las piernas nerviosamente. Ginna la miraba desde el otro lado de la habitación.
-No morirá nadie -le dije en un intento de tranquilizarla-. Leo no es un tonto...
-Lo sé -interrumpió Camira a la defensiva. Según ella, nadie lo conocía mejor que ella, aunque ahora que descubría que estaba vivo empezaba a dudarlo.
Ginna tan solo suspiró pacientemente.
-No se va a arriesgar tanto porque es él contra toda Klair, pero tampoco lo matarán porque sería un símbolo de guerra contra los ángeles... Y no nos conviene eso a los ángeles caídos.
-Pero... ¿qué hace él aquí? ¿Es que acaso no se suponía que estaba muerto?
-La gente que muere por un buen acto, o por un mandato de Dios o sus hallegados, se convierte en un ángel -le explicó la muchacha.
-¿Entonces es un ángel? -preguntó sólo para estar segura ya que desde que entró a Klair lo sospechó.
Ginna asintió.
La conversación terminó ahí y Camira intentó escuchar algo de lo que pasaba afuera. Nada. No alcanzaba a oír nada.
-¿Cómo es que puedes estar tranquila cuando están discutiendo allá afuera? -preguntó Camira desconcertada.
Ginna se encogió de hombros pero no dijo nada más. Sin embargo, Camira pudo ver cómo su rostro se tensaba un poco.
En ese momento se abrió la puerta y las dos levantaron la cabeza en un acto reflejo.
-Vamos, Camira -dijo Gio, con la mandíbula tensa y el entrecejo fruncido.
-¿Qué pasó? -preguntó ella apresurándose a su lado, olvidándose por completo de Ginna, que los siguió de cerca pero parecía que su mente estaba en un lugar muy lejano a donde estaban en ese momento.
Gio miró hacia atrás, buscando a Ginna con la mirada y, al ver en el estado que estaba, supuso que no estaría escuchando lo que decían. Entonces vio a Camira directamente a los ojos y soltó la bomba.
-No lo entiendes, ¿cierto? Te están buscando. Eres una de ellos.

domingo, 3 de abril de 2011

Desafío Mascotas 2011


También descubrí este desafío y me encantó, sólo que hasta el momento no he leído ningún libro donde el/la protagonista tengo mascotas... Buscaré uno después de terminar el que estoy leyendo.
Tengo que leer 10 de estos libros y poner el nombre del libro, el autor, el nombre del protagonista, qué es su mascota y el nombre de ésta. Tengo hasta el 31 de diciembre.
Espero y les interese.
Conforme vaya leyendo los libros los iré poniendo abajo.

1. Luna Azul (The Immortals #2) de Alyson Noel
Protagonista: Ever
Mascota: Perro
Nombre: Buttercup

Desafío: Lee Tu Nombre


Bueno, les vengo a anunciar este desafío que acabo de descubrir y me pareció muy interesante. Se trata de leer libros que inicien con cada letra de tu nombre y decidí hacerlo.
Voy a tomar mi nick y mis dos nombres que en total son diez libros y me pareció bien.

A Atrapada - P. C. Cast y Kristin Cast
J Juntos - Ally Condie

A Alas - Aprilynne Pike
N No Me Olvides - Cheryl Lanham
A Antes de Morirme - Jenny Downham

S Si Decido Quedarme - Gayle Forman
I
L Luna Azul - Alyson Noel
V
I
A

Reseña de La Princesa de Hielo

Título: La princesa de hielo
Autora: Camilla Läckberg
Editorial: Embolsillo
Páginas: 415

Sinopsis:
Cuando tras el fallecimiento de sus padres, la joven escritora Erica vuelve a su pueblo natal, Fjällbacka, no se puede ni imaginar que se verá envuelta en la truculenta historia de un crimen, cuyos protagonistas no son otros que sus propios compañeros de la infancia. Cuando su amiga Alex es hallada muerta, aparentemente se ha suicidado, pero se descubre no sólo que fue asesinada sino que además estaba embarazada, lo que multiplica las conjeturas de Erica. Le piden que escriba un recordatorio para su funeral y comienza a investigar la vida de la víctima. Con la ayuda del comisario Patrik, que pronto se convierte en algo más que un amigo, descubre un oscuro secreto del pasado largamente guardado.

Opinión:
En realidad, una amiga me lo prestó y al principio no veía muy atractivo el libro, pero después de leer las primeras páginas, quise saber y saber más y hasta dejé de leer un libro que estaba leyendo cuando mi amiga me prestó "La princesa de hielo".
Camilla sabe crear personajes extremadamente complejos y cada uno de los que aparece en el libro es diferente de los demás, me dejó impresionada con esa parte de su libro, cuando describe cada personaje.
El libro te va revelando secretos sobre el pasado de los personajes poco a poco y te vas sorprendiendo de la capacidad de la imaginación de la escritora.
Al final, quería leer el siguiente libro ya. Y espero comprarlo pronto.